La mayor parte de la vida cristiana es un acto de equilibrio. Tenemos que estar preocupados, pero optimistas; serios, pero alegres; sobrios, pero juguetones.
Tenemos que estar abiertos a todo el mundo, pero ser prudentes en la elección de los amigos. Casi nadie piensa en eso cuando se trata de decidir con quién va a pasar el tiempo. Pero la verdad es que usted comenzará a pensar y a hablar como la gente con la que se asocia. Dios dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos" (Salmo 1:1). Si usted anda con personas sarcásticas y críticas, su lengua se volverá más mordaz. Si anda con personas que usan un lenguaje lleno de blasfemias y maldiciones, su boca se volverá nauseabunda. Si sus amigos no van a la iglesia, con más facilidad encontrará excusas para no ir.
Pero lo contrario también es cierto. Si sus amigos oran, usted le hablará a Dios con más frecuencia. Si sus amigos utilizan el nombre de Dios para alabar y bendecir, su boca será más santa. Y sepa esto: si usted comienza a alejarse y a presentar señales de peligro, sus amigos cristianos van a intervenir para hacerlo regresar.
Salmo 1:1
Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios.
1 comentario:
Que bueno esta esto.. Lo comparto ya!!
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